Autor: Andrés Soto.
Letra:
con mis treinta abriles a cuestas,
fue para recordar la fantasiosa realidad
de tu mirada en mis confines,
de mis dedos en tus crines,
de tu talle en mi peregrinar.
Si ayer me puse el atuendo de colegial
sobre mi rojoza piel curtida,
miel de antaño.
Si anoche vestí de adolescente,
tocando puertas,
fue para verte o perderte.
Después de deshojar pétalos y flores
eras una espina,
pude observar
que la corola era espina,
que el cáliz era vejez
y el fruto, veneno, ay...
Y yo sé que no ha nacido nadie
para ver que el amor es tan cierto
como algún lugar desierto
que dejé o perdí.
Ya lo sé, que si ayer yo plagué,
como papel estrujado por la suerte
más cruel, fue en busca de un placer
desconocido.
Y lo sé, lo supe siempre.
Ya, si me engañé
cantando a la alborada
de mi eterna soledad cansada...
Y siempre fiel.