jueves, 12 de diciembre de 2013

Sueños de Opio | Irma y Oswaldo


Vals. Autor: Felipe Pinglo Alva.

Irma y Oswaldo

Sobre regios almohadones recostada,
incitante me sonríe bella «hurí».
Cual la reina de que hablan
los cuentos de hadas,
deslumbrante se presenta para mí.

Sus miradas son de fuego, me enloquecen;
ella me ama y me ofrece frenesí.
En su rostro de querube o de Nereida,
se adivinan deseos de goces mil.

Droga divina, bálsamo eterno,
opio y ensueño dan vida al ser;
aspiro el humo que da grandezas,
y cuando sueño, vuelvo a nacer.

Me vuelvo dueño de mil riquezas,
lindas mujeres forman mi harem,
y en medio de ellas, yo adormitado,
libando dichas, bebiendo halagos,
entre los brazos de una mujer.

Primorosas odaliscas en mi torno,
obedecen mi cariño de Rajá
y sus mimos y caricias amorosas,
son tributos de esclavas a su sultán.

Una y otra me suplican que las ame,
y les brinde mi cariño más sensual...
Oh, delicias que me duraron tan sólo,
lo que el opio en mi ilusión pudo forjar.