Vals. Autoría: Guardia Vieja.
me ausenté, verdad,
un día fatal,
pobre, ¡ay, de mí!
A los brazos de una ingrata
me entregué...
El cariño de mis padres lo perdí.
Pobres padres míos,
los abandoné.
Tal vez en mi ausencia
lloraran por mí.
Cuál aberrante por el mundo voy,
buscando a la amante
que me traicionó.
Ése es mi destino,
qué desgraciado soy.
Ése es mi destino,
no sé por dónde voy.
Ése es mi destino,
qué desgraciado soy.
Ése es mi destino,
ando por el mundo,
no sé por dónde voy.
Cansado de rodar
por el camino,
pobre, ¡ay, de mí!,
a la casa de mis padres regresé.
Él al verme,
"desgraciado", me dijeron...
"Por qué tanto nos has hecho padecer".
"Ven acá, hijo mío,
pídenos perdón,
que sólo en los padres
existe el amor".
