Selección de Valses. Autoría: Varios.
Hoy de nuevo al cantarte,
con la emoción vencida,
lo grande de mi pena,
te lo dice mi voz.
Perdona si mis versos
se visten de tristeza,
y se convierte en queja
para decirte adiós.
«Alma herida» — Miguel Correa.
Hoy dejas con tu partida,
mi alma herida, infiel mujer;
piensa que tu abandono me matará...
Piensa que si volvieras
a mi lado otra vez,
ese cariño mío ya no hallarás.
«María Luisa» — Guardia Vieja.
La vida es tan terrible,
miserable y triste,
que todo lo que amamos
hoy tan presto nos lo hacen.
Y en los sarcasmos fríos,
ya nuestra alma dice:
«si un amor ha muerto
otro dolor nos nace».
«Trokimoki» — Alicia Lizárraga.
Cuando por vez primera, yo,
sentí el fuego de tu amor.
Creí que tu cariño,
mujer fascinadora,
iba ya a coronarme
de dicha y mil amores,
creía separarme
de mísera crueldad.
Trokimoki, moki, troki; troki...
Tacu, tacu, tacu, tacu...
Acurrucutú, paloma...
¡Échale caliche
al chancho!
Eso quiere decir:
¡Salud, compadre!
¡Que traigan más Pisco
para seguir tomando!
«Cruel Dolor» — Guardia Vieja.
Hoy, errante, por ti vivo,
mi desventura llorando...
Sintiendo tu cruel olvido,
a la muerte ando buscando.
«Ramito De Flores» — Felipe Pinglo Alva.
Quién estar pudiera,
ramito de flores, así;
contemplando a solas,
durante su ensueño de amor.
Quién pudiera, acaso,
velar ese sueño,
y decirle: Te amo, mi bien,
sin que despertara,
sin que se enojara,
ni riera de mí.
«Ciudad Virreynal» — Nibaldo Soto Carbajal.
En las frías mañanas de invierno,
se viste las calles de la capital,
canillitas que esperan los diarios:
hombres que se matan
por ganarse el pan.
Muchos de ellos dejaron su pueblo
creyendo que en Lima
podían hallar
la fortuna, la dicha y la gloria
que con el dinero
se cree alcanzar.